lunes, 20 de octubre de 2014

ANTE LA PRIMERA SEÑAL DE MALTRATO...




Cuando hablamos de feminicidios, hablamos de muertes de mujeres debido a su condición de género. En España tenemos un total de 80 muertas (asesinadas y feminicidios) en lo que va de 2014, de las cuales 44 (el 55% del total de muertas) son feminicidios íntimos, o lo que es lo mismo, por violencia machista en el marco de la pareja (feminicidio.net). La violencia machista, que por cierto en el código penal sólo es contemplada como tal cuando se ejerce en el marco de una relación afectiva presente o pasada, es una lacra que tiñe toda la sociedad, y cuyas consecuencias se reflejan a nivel personal, social e institucional. Es una violencia sistemática hacia las mujeres y es una violencia cotidiana que día a día sufrimos debido a las sociedades patriarcales. 
Ante estas cifras es inevitable plantearse qué medidas se están tomando al respecto. La “solución” planteada desde las instituciones, no es sino una reafirmación o legitimación de la violencia patriarcal. Se limitan a  resaltar el estigma social que una mujer maltratada ya sufre, y que se traduce en su exclusión e identificación como víctima social. Cabe entonces ahora plantearse el porqué de estas traicioneras soluciones y el beneficio que esconde la sociedad patriarcal para aquellos que la sustentan y alimentan.
¿Por qué ante una situación de maltrato se culpabiliza a la mujer? ¿Por qué se la pone en duda? ¿Por qué es juzgada como persona o como madre en muchos casos? ¿Por qué vivir durante toda su vida con miedo y bajo amenazas? ¿Por qué ante un maltrato en la pareja, es la mujer la que tiene que VOLAR, huir aislarse?

¿Qué PASA? ¿Quién es el culpable en esta historia?
La violencia machista dentro de la pareja tiene unas consecuencias devastadoras para las mujeres que la sufren. Las mujeres llevan consigo unas vivencias que las marcan de por vida. Han vivido una situación en la que la persona más allegada a ella, su pareja, le ha tratado como un despojo, le ha aislado de su núcleo social, le ha desvalorizado como persona, le ha quitado cualquier resquicio de autoestima propia, de seguridad en sí misma. La mujer que sufre violencia machista en la pareja es denigrada, aislada de su entorno, convive día a día con el miedo, bajo la amenaza de ser golpeada/amenazada de nuevo, bajo la incertidumbre de si la hostia vendrá o no vendrá... la mujer que sufre violencia machista en la pareja es una mujer a la que le han robado su vida.
Tomar la decisión de romper el silencio y denunciar (no únicamente de manera legal, sino ser capaz de expresar dicho maltrato a sus personas de confianza), es un momento y una decisión de terrible valentía.
Pero... ¿Qué nos dicen las instituciones que debemos hacer ante esta violencia?:
“A la primera señal de maltrato... VUELA”. (Según reza la campaña contra el maltrato de la Comunidad de Madrid)


Es decir, VUELA de tu pareja, de tu casa, de tu barrio, de tu gente, de tu vida. Tranquila, has sido muy fuerte al lograr este paso, a partir de ahora te ayudaremos. Has perdido toda libertad. A partir de ahora, tendrás que ingresar en un centro de recuperación, cuya dirección no puedes decir a nadie por tu propia seguridad. Tendrás que aislarte durante una temporada (qué más te da otra temporadita de aislamiento, ya estarás acostumbrada). Vas a tener que vivir oculta para que tu pareja no te encuentre, tendrás que tener cuidado con quien hablas, no vaya a ser que te ponga en peligro, así que lo mejor para ti es que reduzcas tus redes sociales. Una vez te recuperes medianamente, te ayudaremos a rehacer tu vida. A partir de ahora, vas a tener que abandonar tu día a día tal y como lo conocías, no podrás recuperarlo, empezarás una vida nueva, e incluso en muchos casos, tendrás que cambiar tu nombre, tu identidad. No sólo vas a tener que volar de una situación de violencia, sino que vas a tener que volar de tu vida. Eso sí, el hombre que te ha maltratado durante años, podrá seguir haciendo su vida, en su barrio y con su gente. Seguramente te busque, y no podrás pasear tranquila, pero oye, te pondremos seguridad para que no te pase nada.

En resumen, no sólo has aguantado a un cabronazo a tu lado, que te ha aislado y consumido como persona, sino que las propuestas que desde las instituciones te damos son las mismas, el aislamiento y la reclusión. ¿No es bastante paradójico? A juzgar por las consecuencias que la mujer sufre, no sólo psicológicas sino sociales, durante y después del maltrato, y a juzgar por las soluciones propuestas por las instituciones, parece que es la mujer la culpable de sufrir esta violencia, ya que es ella la que cargará con la mayoría de las consecuencias.

¿Por qué se castiga a las mujeres que rompen con el silencio? ¡BASTA YA! Nosotras decimos: “A la primera señal de maltrato... VUÉLALE LA CABEZA”.

Estamos hartas de ser las victimas pasivas, de ser las "pobres débiles e indefensas", de los tonos paternalistas, hablamos de AUTODEFENSA, hablamos de empoderamiento, de dar respuesta al maltrato, de utilizar la violencia para defendernos y no esperar a que sea demasiado tarde. Estamos hartas de que no nos dejen dar respuesta, reivindicamos nuestro derecho a defender nuestra integridad, a defendernos de la violencia patriarcal, a seguir con nuestras vidas, a no dejar ninguna agresión sin respuesta.

No queremos VOLAR, queremos DEFENDERNOS.

“Ante la duda. Tú la viuda” “Porque cuando tocan a una, nos tocan a TODAS”

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